Ciclo del amor

Cuántas peleas. Hoy, ayer, mañana quizás. ¿Por qué ahora las discusiones son parte habitual de nuestros encuentros? ¿Qué cambió? Es tan obvio, muchachita. ¿Lo es? Claro, nada cambia, solo se refleja el lado oculto de cada persona, ese costado no tan bien visto. ¿Por qué? Simple, es la Ley De Las Relaciones: conocés a alguien, te gusta, buscás conquistarlo sacando todas tus virtudes al exterior…pero, ¿y después? Lo conquistaste, es tuyo. Él ve todas tus perfectas cualidades, así como vos ves las suyas y llegas a pensar “es tan perfecto, quizás sea demasiado para mí”. ¡Y no, mentira! Es igual que vos, con sus defectos y virtudes, solo que vos estás tan estupidizada con sus bueno modales, su respeto, esa timidez tan dulce. ¡Ay! ¡Es todo tan PERFECTO! ¿Podrá ser así? ¡No! ¡Estás equivocada! El tiempo pasa, los días, los meses, las charlas, todo pasa, ¿y? Ahí estás, seguís con él, con ese que no es aquel chico tan dulce que conociste, y vos, no sos exactamente la chica comprensiva que mostrarte ser, repito: ¿Qué cambió? La confianza, respondo, ¿Cómo? Con el tiempo la vergüenza se fue, llegaron las bromas, los juegos, los secretos, llegó la complicidad, al fin llegó la CONFIANZA. ¿Es bueno eso? Es un arma de doble filo,  puede reforzar el amor, y también ponerlo a prueba, a eso se le suma el tiempo que llevan juntos, la monotonía que causa la rutina, ¡Uf! Todo suma. ¿Y cuál es el resultado de esto? Fácil. Todas aquellas situaciones que antes te parecían divertidas, (o al menos eso decías) hoy te frustran, te ponen de mal humor. Sus bromas se tornaron un poco molestas, pero amas eso de él, te gusta que te haga reir, ¿entonces? Aceptalo, sos una HISTERICA. Y ahí es donde comienza el ciclo de las peleas; BROMA-PELEA/DISCUSIÓN-RECONCIALIACIÓN. Sí, reconciliación. Esta historia no termina aún, siempre hay un “continuará”, siempre un nuevo capítulo de la novela. ¿y, por qué si vos estas cansada de todo esto, no? Otra vez estamos frente a una obviedad, señorita. Ha crecido la confianza, las peleas, el hartamiento y demás, pero, no te olvides que también creció eso que una vez sembraron, el AMOR. Acá está, lo cultivaron juntos y, si bien muchas plagas constantemente luchas por secarlo, ustedes tienen el agua necesaria para regar este fruto, que en estos tiempos es escaso.

Muchachita, las peleas que tan triste te ponen y hacen llorar, cuando pasan, dejan esa sonrisa de satisfacción, esa que te dice, “Esto no se acaba, mi amor, hicimos algo eterno”.

 L.M.S